Bony Peréz - Defiende Venezuela
Somos un equipo de defensores de derechos humanos dedicados a denunciar efectivamente ante el Sistema Interamericano las violaciones de derechos humanos cometidas en Venezuela.
Defiende Venezuela
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Bony Peréz

“¡Yo soy la voz de Iván, mis hijos son la voz de Iván!”, afirma mientras sus ojos descubren la lucha de quien ha resistido 14 años de injusticia. Una lucha que decidió plantearse día a día desde el momento en que su familia fue separada por los cargos, sin pruebas, presentados a su esposo, El Comisario.

Su formación como Licenciada en Derecho Penal de la Universidad Católica Andrés Bello, no le advirtió el rumbo que tomaría su vida al luchar, junto a otros, en el juicio más largo de Venezuela por la inocencia de Iván Simonovis, el prisionero rojo. “Fue muy duro desde el principio, sufrimos desde maltratos en las defensas hasta atentados en mi casa. En Venezuela, revertir la matriz de opinión al probar la inocencia de un policía, es un síntoma de locura porque nadie cree en ellos pero había que aguantar”, asegura.

Madre de Iván Andrés e Ivana, sostuvo un hogar inverosímil ante la cruel llegada de la injusticia. Ellos, criados bajo la realidad de una condena, enfrentaron, y enfrentan aún, las consecuencias del dolor y el estigma tatuado por un apellido. “Nadie sabe el dolor que puede atravesar una familia; el miedo”, agrega la esposa del comisario. “Estar separada de ellos es muy fuerte y cuando se preocupan mucho, les pregunto ¿Quién si no yo, su esposa, lo va a defender mejor?”.

Motivos de salud llevaron al comisario a recibir el beneficio de casa por cárcel en el año 2014, luego de 9 años y 299 días preso. La lucha de Bony Pertíñez, abrazada a la convicción de no abandonarlo jamás, continuó día tras día. “La indignación por la injusticia es lo que me mantiene, es lo que me mueve. A pesar del dolor les pido a mis hijos que alejen el resentimiento de sus vidas, que no crezcan con él. Ellos podrán contar la historia de su padre pero el cambio empieza en nosotros mismos. Venezuela no puede seguir soportando el resentimiento”, agrega la esposa de Simonovis.

La palabra resistencia se dibuja en su rostro cuando habla de Venezuela. La sed de justicia le gana el pulso a la idea de persecución. El sueño de una cotidianidad en La Ivanera, su casa, rodeada de su familia, su lucha diaria. “A veces la desesperanza del país te arropa pero acepté mi misión de vida con esperanza. Aunque sea difícil mantenerte, porque lo urgente mate a lo importante, hay que recordarle a la sociedad que todavía existen presos políticos. Yo defiendo a Venezuela no dándome por vencida, resistiendo sin dejar que el miedo me controle. La realidad que vivimos es muy complicada y el respeto nos corresponde a todos.”, concluye.

Bony resume una lucha de 14 años en su camisa: “Simonovis, su voz no podrá ser callada.”

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