Yasiri Paredes - Defiende Venezuela
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Yasiri Paredes

Yasiri Paredes: no quiero ver más niños desnutridos.

Yasiri Paredes vive en el sector Las Casitas de La Vega, una comunidad popular que pertenece al municipio Libertador de Caracas pero que, por sus difíciles accesos, pareciera estar casi aislada de todo.

Yasiri trabajaba en el colegio Fe y Alegría Andy Aparicio de Las Casitas, vendía comida en la cantina del plantel, pero en 2016 su vida cambió y su rol en la comunidad fue otro.
“Íbamos a salir de vacaciones en 2016 cuando el padre Alfredo Infante nos comentó de una organización llamada Alimenta la Solidaridad”, recuerda Yasiri sobre sus comienzos en la fundación que inició su plan piloto de comedores en La Vega en el año 2016.

“Al principio no estábamos seguro, pero cuando nos explicaron que se trataba de alimentar a los niños no dudamos más y decidimos ayudar”, comentó Yasiri con cierta emoción visible en su rostro.

El comedor del colegio Andy Aparicio comenzó a funcionar, oficialmente, el primero de agosto de 2016. En sus inicios se inscribieron 60 niños y en menos de 30 días la cantidad de muchachos beneficiados por el comedor ascendió a 180.

Yasiri Paredes recuerda que una de sus motivaciones principales era ayudar a los niños de la comunidad, porque comenzó a ver a los infantes comiendo de la basura. Al principio parecía un hecho aislado, pero con el pasar las semanas de ese año 2016 se volvió costumbre ver a adolescentes y niños hurgando entre la basura para conseguir alimento.

“Yo defiendo a Venezuela desde que empecé a trabajar en Alimenta la Solidaridad. Siento que esa es mi forma de contribuir a la salud de los niños y evitar que sigan en el camino de la desnutrición crónica”, afirmó Yasiri Paredes, quien comienza su jornada todos los días a las 4:00 de la mañana y puede extenderse hasta pasada las 10:00 de la noche. “La gente me pide que me tome unos días de descanso pero yo no podría, mi mente siempre está enfocada en los niños del comedor”, manifestó.

Yasiri también es prueba viva de resiliencia y de fortaleza. La madre de dos hijos asegura que en la comunidad la valoran y reconocen su trabajo, “nunca van a olvidar que fueron atendidos por este comedor”, asegura. Sin embargo, en la noche del 30 de abril de 2018 el plantel fue asaltado por delincuentes quienes robaron alimentos e implementos para que Yasiri y sus ayudantes alimenten a los niños. “Fueron días duros, el comedor estuvo parado por una semana, pero ya volvimos y estoy feliz”, comentó Yasiri con una notable satisfacción.

“Mis hijos entienden y valoran mi trabajo, de hecho el mayo me dijo una vez que iba a dejar de cenar para que yo le pudiera dar su plato de comida a un niño que de verdad lo necesitara”, recordó Yasiri y destacó que el comedor ha sido una de las experiencias más hermosas de su vida.

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